La experiencia ha resultado irrepetible. Pero no precisamente por la falta de disposición de las rapsodas, ni por la ausencia de empatía. Muy al contrario. Las Genias desarrollaron una original y cercana fórmula poética de recitales individuales y personales en Poetas en Mayo hace ahora un año. El público recibía versos susurrados, en una proximidad que la maldita pandemia se ha encargado de hacer imposible. Pero la Asociación Genialogías, que promueve y divulga la poesía escrita por mujeres en España, regresó el pasado 15 de mayo al festival con toda su energía, con toda su potencia poética intacta.
Así que vuelve la poesía de proximidad, susurrada. «La iniciativa es de Elisa Rueda, que es una máquina total poética y ya la había utilizado en Vitoria en un recital. Nos la trajo a Madrid, a Genialogías», explica la poeta Ana Ares.
La escritora y periodista recuerda que en 2019 «la pusimos en práctica en el Museo de Bellas Artes y lo pasamos muy bien. Al principio nos parecía un poco raro, no sabíamos cómo iba a reaccionar el público, pero luego era una dinámica con la que se generaba una intimidad preciosa con la persona que te escuchaba».