Visitar una casa y observar cada uno de los pilares que la componen. Observar la ruina, la pureza. Darle nombre al fracaso y hacerlo bello. Sentir miedo. Hacer figuras imaginarias sobre la pintura fresca. Construir a nuestro antojo un balcón que ofrezca lo que somos, como una declaración de guerra. Disfrutar de la quietud de no saberse, nombrarse en el duelo, dolerse al cerrar los párpados. Pensar en casas que son mentira, hogares que son verdad. Desarmarlos para contar las vigas, el hierro, sentir el frío del metal. Presentarse al mundo así, completo, declarando la supervivencia desde el destrozo. Así es la poesía de Elena Medel, escritora capaz de darle nombre a una generación y que ha empezado a construir una tradición importante no sólo en España sino también en el resto del mundo.
Nació en 1985 en la ciudad de Córdoba en España. Ha publicado los poemarios Mi primer bikini (DVD, 2002), Tara (DVD, 2006) y Chatterton (XXVI Premio Fundación Loewe a la Creación Joven; Visor, 2014). También ha publicado los cuadernos Vacaciones (El Gaviero, 2004) y Un soplo en el corazón (4 de Agosto, 2007). Recientemente publicó Un día negro en una casa de mentira (Visor, 2015), un volumen que incluye todos sus libros publicados hasta ahora y que también incluye poemas dispersos e inéditos. En el año 2015, publicó el ensayo El mundo mago. Cómo vivir con Antonio Machado (Ariel, 2015). Es editora del sello de poesía La Bella Varsovia, casa editorial encargada de publicar la obra de grandes escritores jóvenes como Berta García Faet, Luna Miguel, Alberto Acerete, Gabriela Wiener, entre otros.
Un día negro en una casa de mentira (Visor, 2015), nos ofrece la oportunidad de leer su obra reunida hasta la fecha. Pudiera pensarse que es algo apresurado para su corta edad el hecho de que su obra se reúna en un solo volumen, pero leer todos sus libros en una sola publicación ofrece un panorama importante: podemos observar su evolución estética de forma más clara.
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Publicaste tu primer poemario (Mi primer bikini) cuando tenías 17 años. Es un libro donde prevalece una voz juvenil pero se avista una precoz consciencia del lenguaje. No hay poemas viscerales, sino muy bien construidos y trabajados, contrario a lo que ocurre comúnmente con los poemarios publicados en la adolescencia. ¿Cómo te sientes, 14 años después, con respecto a este libro?
Elena Medel: Releí Mi primer bikini hace algo más de un año, cuando preparaba Un día negro en una casa de mentira. El libro se ha reeditado varias veces, y en todas ellas he corregido detalles: eliminé poemas e incorporé otros textos escritos en esa época, reescribí versos, ajusté ritmos… También sucedió así en esta ocasión, pero me sorprendió —por la lectura más demorada— que muchas actitudes que se han mantenido y desarrollado en mis libros posteriores latían ya en Mi primer bikini, de manera muy primitiva, por cosa de intuición: la elección del poema extenso y narrativo como forma predominante, la tensión entre los extremos del lenguaje, la voz femenina sin ambages. Se trata de un libro muy irregular, con algún poema —creo— que merece la pena, y con otros muchos que no. Con el tiempo ha ganado la extrañeza: la sensación de que los textos pertenecen a otra.