Dos poemas de «Inane», de Isabel Navarro

El pecado venial de las azadas
es cavar la tierra para sepultar un credo.
Es el penúltimo dogma de los cínicos:
sembrar la era con hortalizas invisibles.
La fe desgastada, como el bajo de los vaqueros.

*

Las manos te olían a cebolla
y en cada suspiro repetías la palabra
hambre.
Alguien me dijo que nunca pudiste evitar
estudiar en la misma mesa
donde tu madre degollaba a los conejos.

Isabel Navarro (Petrer, 1977) es poeta y periodista. Ha sido profesora de Comunicación y redacción periodística en la Universidad Anáhuac de México, y sus reportajes sobre infancia y discapacidad han sido galardonados dos veces con el premio Tiflos, con el premio UNICEF de periodismo y con el premio de la Asociación de la Prensa de Madrid, “Derechos de la Infancia y Periodismo”. En 2007, coordinó el libro de varios autores De los que aman: el cine de Isabel Coixet, editado por el Ayuntamiento de Madrid. En 2008, publicó Inane, su primer libro de poesía, galardonado con el Premio Blas de Otero de la Universidad Complutense y elegido por el colectivo de críticos Addison de Witt como uno de sus “Secretos de poesía”.

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