Chus, escrituras como la tuya, que se construyen en el límite del “poema” con otro espacio “por aparecer” usualmente son vistas por la crítica tradicional como algo experimental (y así muchas veces se ahorran el análisis), ¿puede existir la escritura como un ejercicio fuera de la experimentación?
Desde mi punto de vista el límite es el propio poema, en el sentido de que es una figura, algo delimitado. Tal vez el otro espacio “por aparecer” sea lo que es sin límite, sin figura, sin atributos, lo ilimitado, eso que es, en el sentido de ser, pero no puede ser leído, ni escuchado por carecer de letra y de sonido articulado. Tal vez es a “eso” a lo que trata de aproximarse el poema, sería el poema así como una gota de sangre, algo finito que entra o trata de allegarse a lo que lo es, estaríamos ante un sublime, estaríamos tal vez ante la poesía, ante algo que vive dentro y fuera del poema, que le es previo y posterior, que precede y es después del poema, ¿ante la vida? Tal vez, ante la mímesis.
Escribir un poema es siempre una experiencia, una experiencia de lenguaje, no veo como se puede escribir un poema sin realizar esa experiencia (trato de ser breve). Otra cuestión es la relación de un poema que se escribe hoy en día con las vanguardias históricas
Señalabas en una entrevista con Larretxea que lo contemporáneo “nunca es actual” y que ese retraso imperceptible es lo que hace posible la reflexión, y su urgencia. ¿Esto no convertiría el “poema” (lo entrecomillo) en un espacio “fuera” de lo literario?
Tendríamos que saber que entendemos por lo literario y es algo muy complejo. Si entendemos por Literatura todo aquello que se escribe, desde los grafitis o las cartas de los enamorados o enamoradas hasta la ciencia y la filosofía, el poema estaría dentro, si comprendemos la Literatura como un conjunto de libros que funcionan como mercancía, mi respuesta es que el poema al igual que los grafitis no estaría dentro de ese conjunto
Escribes teniendo como lengua original el gallego, ¿consideras que este hecho biográfico ha influido en la forma con la que “miras” e “interpretas” el castellano? ¿El estar “preso” en un lenguaje no constituye una restricción o cuando escribimos axiológicamente nos convertirnos en extranjeros frente a todos los idiomas?
No es esta una cuestión entre idiomas, entre la pareja “gallego/castellano”, el problema es político, una cuestión de política lingüística y de política en general. Escribir en gallego es para mí una decisión libre, el castellano no representa ningún condicionante para mi escritura, todo lo contrario, es un idioma que puedo hablar y leer, es una riqueza. La cuestión y me repito no es el idioma castellano, es un problema político.
Sin duda el estándar lingüístico es una cárcel, la captura de nuestra capacidad de hablar y de escribir y de comunicarnos por parte de las lenguas instrumentales nos hace esclavas/os; desde mi punto de vista un poema no lo es si no es capaz de romper esa cadena.
Creo que nacemos extranjeros frente a todos los idiomas, de hecho nacemos sin habla, tenemos que aprender a hablar y esto es una suerte muy grande porque entre otras cosas es lo que nos permite poder hacerle frente a la axiología de los idiomas como máquinas de opresión.