Beatriz Russo [BR]: Sí, estudié filología hispánica pero no por cuestiones literarias, sino lingüísticas, aunque después se convirtiera en el lugar de descubrimiento de la literatura. Desde muy joven me interesaba el estudio de las lenguas (idiomas) y la literatura me servía fundamentalmente como herramienta de perfeccionamiento. Me gustaba leer, pero no con mucha pasión y obsesión. Eso vino más tarde.
Mi vínculo con la poesía inicia de forma azarosa. Yo era lectora de novela principalmente, de hecho, empecé escribiendo narrativa, jamás se me habría pasado por la cabeza traspasar la línea lectora y atreverme a escribir una sola estrofa, lo consideraba un terreno sagrado. Pero el azar hizo que un día conociera a un poeta y me introdujera en el mundo de los recitales de poesía. Allí fue donde caí rendida a los pies del verso. Escuchar a un poeta declamar sus poemas me pareció algo parecido a una liturgia. En mis primeros recitales como oyente se me caían las lágrimas de belleza, salía de las salas conmocionada.
La carrera de filología, en mi caso, me ha sido muy útil. Me especialicé en lingüística y el estudio de la gramática me parece fundamental para la construcción narrativa. En el caso de la poesía, creo que no es tan necesario, porque se emplea un lenguaje que se sale de las normas. Para algo sirven las licencias poéticas… Sin embargo, sí es muy útil conocer los entresijos de la lengua para potenciar la imaginación.