Por fin, y no gracias a la ayuda de ninguna Institución sino sólo por el esfuerzo altruista de la Ed. Progresele y su colección DIMINUTOS SALVAMENTOS (bonito nombre, ¿verdad?), una estupenda poeta como es Olalla Cociña va a poder ser leída también en castellano. Sólo una concepción nacionalista/centralista del territorio y del poder puede desatender de modo tan torpe a las otras lenguas, ignorarlas, incluso despreciarlas.
Me refiero al gallego, al catalán y al euskera pero también al andaluz, al valenciano, al murciano, al extremeño, etc. etc. etc. ¿Por qué no se subvencionan las traducciones de buenos libros? ¿Por qué no educarnos en el aprendizaje de (al menos) alguna de estas lenguas tan próximas y en el respeto a las riquísimas variantes dialectales de cada una?¿Por qué privarnos a algunas de lo que escriben otras? ¿Por qué esa idea de subalternidad para nombrar lo que es pura riqueza? ¿Por qué lo hacía infinitamente mejor Alfonso X que nosotras? ¿De qué Edad Media hablamos cuando hablamos de “edades oscuras” de la Historia?
Y además: Galicia y las mujeres, cuidado, nos perdemos algo importante si no las leemos, si no las vemos: Rosalía de Castro, Concepción Arenal, Maruxa Mallo (sólo por nombrar un trío).
Celebremos, entonces, por una vez: NINGÚN PRECIPICIO es un libro estupendo. Una pequeñita muestra:
se abre cruel la mañana
y no lo oculta
solo este amanecer puede manipular
con tal veteranía
un diminuto anzuelo de plata
y clavártelo finamente en el lugar
donde la boca
guarda la sed.
Gonzalo Hermo (Rianxo, A Coruña, 1987) es autor de los peormarios Crac (Edicións Barbantesa, 2011) y Celebración (Apiario, 2014). Gonzalo es Premio Nacional de Poesía, en la modalidad de poesía joven, «Miguel Hernández» en 2014, por su obra Celebración.