En 2015 el editor Chus Visor, responsable de una de las colecciones de poesía más importantes de España, concedía una entrevista al semanario El Cultural. De todas sus afirmaciones entonces, esta es la que años después aún sigue persiguiéndole: «Lo siento, pero creo que la poesía femenina en España no está a la altura de la otra, de la masculina, digamos, aunque tampoco es cosa de diferenciar. Desde luego, si vas a coger a las poetas desde el 98 para acá, es decir, todo el siglo XX, no ves ninguna gran poeta, ninguna, comparable a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite. No hay una poeta importante ni en el 98, ni en el 27, ni en los 50, ni hoy. Hay muchas que están bien, como Elena Medel, pero no se la puede considerar, por una Medel hay cinco hombres equivalentes»
La poeta y periodista
Yaiza Martínez cree que casos como el de Visor son «algo muy corriente, desgraciadamente. Aunque haya mujeres que consigan logros importantes o cierto reconocimiento en su tiempo, luego son olvidadas por la historia y se borran de los manuales. La poesía no está exenta de este problema, aunque llama la atención que un editor dijera eso, porque precisamente son los editores los que están más cerca de la realidad de la poesía española y deberían conocerla más». La necesidad de rescatar de ese olvido a las voces femeninas de la poesía española fue el motivo principal detrás de la creación de Genialogías en 2013, una asociación de la que la propia Yaiza Martínez es una de las impulsoras.
«Empezamos a reunirnos en Madrid una serie de poetas, mujeres todas y españolas, aunque hay también algunas latinoamericanas, con el fin de conocernos y reconocer nuestra obra, porque estábamos muy desperdigadas», explica. Muy pronto todas coincidieron en un objetivo común, al comprobar «la invisibilidad de ciertos nombres, de importantes poetas del siglo XX y de principios del XXI, y las ganas que teníamos de recuperar sus textos, casi todos perdidos o muy difíciles de encontrar».