Espejo de enigmas: Sobre «Ley de conservación del momento», de Ana Pérez Cañamares

Siempre he sostenido que el buen lector debe definirse como omnívoro, tener un buen estómago que, además de estar en buena disposición para saciar su apetito sin hacer remilgos a cualquier plato, digiera el cocinado de los textos, algo esencial para el auténtico poseído por la pasión literaria. El lector de un solo género, o incluso de un solo libro, no mostraría el buen color que proporciona una amplia dieta lectora. Se le vería con ojeras y un poco amarillo de tez. Ser omnívoro, comiendo de todo, con gusto y delectación, y estando dispuesto a saborear cada género según su propia gama de matices, sin tener por qué incurrir en el refinamiento, ni acudir al socorrido fast food o a la pesadez del cocido, es algo que se aprende tras aventurarse a la lectura de textos variados. Con todo, un cierto toque de preferencia es inevitable, ni siquiera el lector más ecuánime se libraría de ello. Cada cual está marcado por esa individualidad y, a veces, por qué no decirlo, a ciertas inclinaciones que su estómago caprichoso demanda y ansía.

 
Los libros de aforismos, y eso lo saben bien los entusiastas del género, tienen esa particularidad culinaria de abrir el apetito en cualquier momento del día. Un buen aforismo, como una exquisita tapa, es la síntesis lograda de una idea que alimenta. El aforismo se nutre de observaciones de la materia cercana, de la realidad, y con ellas sacude al lector, subvierte el significado habitual de las palabras que andan ocultas tras los hechos e incita a la reflexión. El aforismo es un ejercicio propio del subrayado para resaltar lo que merece ser apreciado.
 
La escritora y poeta Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968) acaba de publicar un compendio de aforismos bajo el título de Ley de conservación del momento (La Isla de Siltolá, 2016), un menú de más de trescientas confituras literarias persuasivas y sugerentes para que el lector se anime y se entere de qué van sus pequeñas fugas de pensamiento. En esta obra, dividida en cinco secciones, confluyen los temas más importantes sobre la existencia y el hecho de vivir que la autora quiere mostrar en cada una de ellas.

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